POZO DE ALMAS

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miércoles, 1 de agosto de 2012

GALICIA: ¿ ENCUENTRO CON HUMANOIDES?

El 20 de febrero de 1997, la aldea orensana de Paradaseca, perteneciente al municipio de Chandrexa de Queixa en las Tierras Altas, vio turbada su habitual tranquilidad a causa de una extraña visita. Heliodoro Núñez, pastor de la localidad, protagonizó a sus 76 años de edad un insólito incidente con varios seres cuya altura era superior a los tres metros.


"Eran más o menos a las cuatro de la tarde cuando yo estaba con el ganado, en un prado que hay a unos tres kilómetros del desvío de la carretera de Chandrexa, al lado del río de las Devesas. De pronto, los perros se pusieron a ladrar mirando muy fijamente hacia algún lugar que estaba detrás de mí. La verdad, yo lo primero que pensé fue en lobos, pero cuando me di la vuelta vi esas ‘cosas’ grandes y raras. Y, desde luego, de lobos nada...". En días posteriores al "encuentro", miembros del Grupo Fénix de La Coruña se desplazaron al lugar de los hechos. El anciano testigo les aseguró que pudo ver con total nitidez a dos seres enormes asomando por encima de los arbustos. Su estatura sobrepasaba los tres metros e iban cubiertos por algo similar a un extraño birrete o "sombrero de obispo luminoso". Todo el conjunto –los dos seres, que eran "como siameses", y su misterioso tocado- cambiaba de color al unísono, adquiriendo alternativamente diferentes tonos de rojo, azul, amarillo, verde... "Aquello no era de este mundo –afirmaba Heliodoro Núñez- y la verdad es que al ver la aparición yo me puse a rezar...". El pavor que padeció este hombre en las siguientes jornadas no pasó inadvertido para los más allegados. La esposa de Heliodoro confirmó a los investigadores de ENIGMAS que "llegó a casa muy, muy asustado. Estuvo rezando mucho tiempo y las dos noches siguientes las pasó casi sin dormir y sin poder comer nada. Yo no sé lo que vio, pero si que pasó mucho miedo".
 Además de Heliodoro Núñez, los investigadores dieron con otro protagonista del espectacular suceso. Juan González González, de 42 años, vecino del pueblo de Casteligo –perteneciente también al término municipal de Chandrexa de Queixa-, aseguró que el mismo días y a la misma hora avistó en la zona del inquietante encuentro con los humanoides una luz roja de tonos muy intensos que permanecía estacionada sobre las copas de los árboles. Debido a la distancia que le separaba del vecino de Paradaseca, no observó a los dos "gigantes". Sin embargo, nos confirmó que al cruzarse esa tarde con Heliodoro, éste iba "corriendo con sus cabras y muy asustado". Cuarenta y ocho horas más tarde, Juan González declaraba al diario orensano La Región: "Primero pensé que era fuego, pero aquello no humeaba. También pensé que era un tractor, pero tampoco. Podría haber sido un globo, pero no se movía nada. No sé lo que era, pero fácilmente medía tres metros".



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