POZO DE ALMAS

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domingo, 25 de septiembre de 2011

LA RECTORIA BORLEY ¿ LA CASA MÁS ENCANTADA DEL MUNDO?


La rectoría de Borley se levanta en el condado de Essex, en Gran Bretaña. Cuenta la leyenda que la rectoría fue edificada sobre las ruinas de un antiguo monasterio benedictino donde se sucedieron hechos como la historia de amor con final trágico del monje que huyó con una monja. Ambos fueron apresados y mientras el monje fue ahorcado, a ella se la empaló viva en una de las paredes del monasterio. Dicen que cada 28 de julio la monja camina por las estancias de la rectoría en lo que se conoce como 'Nun's Walk'.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS
En 1863, en el pueblo inglés de Borley, a unos 100 km al noroeste de Londres, fue construida una rectoría en el lugar de otra antigua. Se hizo famosa como lugar donde aparecían fantasmas y ocurrían extraños sucesos. En 1939, cuando la casa se quemó, se dieron noticias de haberse visto mas de 200 fantasmas.
Aquellos que vivían en Borley contaban que el fantasma de una monja rondó el area durante siglos. Normalmente ella andaba por las tierras de la rectoría y todavía puede ser vista, andando por un paseo llamado " Paseo de la Monja".
Cuando el reverendo Henry Bull, construyó la rectoría edificó una casa de verano enfrente del famoso paseo de la monja, para poder observarla.
Ella asombraba a la gente asomándose a las ventanas de la nueva casa.
El 10 de julio de 1929 el Daily Mirror publicaba la exclusiva. En una rectoría situada entre los condados británicos de Essex y Suffolk se estaban produciendo toda clase de fenómenos paranormales.
Reverendo Henry Bull

Se dice que fue el lugar más encantado de Inglaterra
Figuras fantasmales de cocheros decapitados, una monja, una carroza tirada por dos caballos bayos que aparecía y desaparecía misteriosamente, pisadas en habitaciones vacías…
El editor del Daily Mirror decidió ponerse en contacto con el parapsicólogo Harry Price ante la inusitada repercusión que había producido el incidente.
Los primeros resultados sobre la mansión Borley fueron espectaculares. El paraje contaba con un extenso y trágico pasado marcado por la muerte e insólitos incidentes enigmáticos.

Según diferentes estudios históricos aquel solar había sido durante el siglo XIII el punto donde se asentaba un convento en el que se produjeron varios crímenes. El asesinato, más concretamente de una pareja de eclesiásticos, de un sacerdote del monasterio y una monja del claustro de Bures, situado a 13 kilómetros de distancia, que tras un apasionado romance intentaron huir y dar un giro de 180 grados a sus vidas.
Harry Price
El final, como suele ocurrir, tuvo un desenlace fatal. Fueron capturados y ejecutados cruelmente: a él la decapitaron y a ella la emparedaron en los muros del inmueble.
Fue tras estos lóbregos lances cuando empezaron a sucederse las apariciones, según los observadores, de una figura fantasmal vestida con hábitos religiosos.

E.D. Bull, sacerdote artífice de la construcción en 1863 y primer inquilino, no se vio afectado por las leyendas en un principio. Pero durante los 65 años en los que la familia Bull estuvo en la rectoría, desde 1863 hasta 1927, se produjeron una extensa lista de hechos inauditos. Experiencias y manifestaciones que fueron corroboradas por vecinos de las localidades colindantes.
Pero todo “estalló” cuando el sacerdote Eric Smith se instaló en la mansión y dio a conocer a los periodistas del Daily Mirror la extraña casuística que estaba padeciendo.

Interior de la rectoría

Los fenómenos que se producían eran muy variados: el inexplicable tintineo de las campanillas y los timbres, la observación de una figura luminosa ataviada con vestimenta de monja por el jardín, el característico movimiento de objetos, sonidos de pasos por las habitaciones, las llaves de las puertas saltaban de las cerraduras, volaban piedras desde el tejado e incluso se pudieron escuchar gritos desgarradores y el paso de carruajes inexistentes por los alrededores del lugar.
Harry Price, a los tres días de su primera visita y desbordado por los acontecimientos, decidió organizar una sesión de espiritismo. El resultado terminó de sembrar el desconcierto: el espíritu del sacerdote Henry Bull, antiguo regente y constructor del edificio, informó sobre el truculento pasado del lugar.
Una semana después de la prueba el párroco Smith y su mujer abandonaron definitivamente la casa.
Transcurrió un año hasta que la rectoría fue habitada de nuevo. Esta vez por el clérigo Lyonel Foyster, primo del fallecido reverendo Bull, y su mujer, Marianne.
Durante los primeros meses reinó la paz, pero todo cambiaría repentinamente… los timbres volvieron a sonar, las campanas a tañir, se escuchaba el arrastrar de cadenas, se materializaban relojes, monedas y, lo más espectacular, comenzaron a aparecer mensajes escritos en las paredes. Unas misivas presuntamente realizadas por entidades del más allá en las que de una forma desgarradora pedían auxilio, como “Por favor, ayuda… Marianne” o “No puedo entender, dime más”.
Mensajes en las paredes de la casa
Foyster y Marianne volvieron a requerir los servicios del parapsicólogo Price.



Durante el trabajo de campo que se efectuó aumentaron los mensajes. Parecían ser crípticos. Encerraban algún tipo de información especial. Y de entre todos, uno de ellos, de carácter profético y apocalíptico, marcaría los designios del caso: “Esta casa será pasto de las llamas”.
Los fenómenos asediaban a una inocente Marianne, que empezó a sufrir una fuerte alteración psíquica debido a la situación, motivo por el cual el matrimonio abandonaría la casa definitivamente en 1935.

La Mansión tras el incedio.
El 27 de febrero de 1939, el capitán W.H.Gregson, posterior morador, se encontraba en la biblioteca del caserón cuando una lámpara de aceita se estrellaba contra el suelo de forma inexplicable. Las llamas se extendieron rápidamente por el inmueble y el fuego devoró toda la mansión.
¿Se cumplió la profecía realizada años atrás y rubricada en los muros? Parece ser que sí. Pero la historia de Borley continuó a pesar de su desaparición.
Durante la demolición del edificio, el cual quedó prácticamente derruido a causa del incendio, varios obreros aseguraron haber observado extraños portentos entre las ruinas del inmueble.




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