Germán de Argumosa |
Germán de Argumosa (1921-2007), afamado escritor, fue protagonista en 1985 de uno de los episodios más sorprendentes de la parapsicología de nuestro país. Acompañado de un nutrido grupo de personalidades de la alta alcurnia española, en concreto de 9 personas, se dispuso a realizar una innovadora experiencia de la que se obtuvieron sorprendentes resultados.
Como grandes interesados en el estudio de las ciencias, Germán y su equipo decidieron llevar a cabo una grabación psicofónica en la planta baja de un chalet a las afueras de Madrid. Un lugar en el que solían reunirse habitualmente y que por supuesto, conocían a la perfección.
Para llevar a cabo su experimento, Germán procedió a dejar un magnetófono en el piso inferior del domicilio durante diez minutos. Una vez trascurrido ese tiempo, acudió a recogerlo. Cuando posteriormente comenzó a escuchar al completo la grabación junto al resto de sus compañeros, no podía creer lo que allí había quedado registrado: diez minutos ininterrumpidos de gritos, voces y todo tipo de extraños sonidos que reflejaban mensajes de dolor.
Sin embargo, a pesar de la terrorífica experiencia vivida, Germán no dudó en compartir la misteriosa psicofonía con otros entendidos de la profesión, que también quedaron sorprendidos al escucharla. De hecho, pocos días después, el propio investigador concedía una entrevista al programa “La Otra Frontera” de la emisora local madrileña Radio Fortaleza, en el mítico barrio de la uva, donde sus directores Ricardo Hernández y Luis Illana pudieron emitir los diez minutos de psicofonía. Esa fue la primera y última vez en que se oiría íntegra la psicofonía del infierno.
Durante años, los enigmas en torno a los supuestos mensajes premonitorios de la psicofonía del infierno han sido objeto de numerosos estudios. Así pues, el propio profesor advirtió en más de una ocasión de los peligros que podría tener escucharla al completo. Quizá recordó durante toda su vida, la trágica noticia del fallecimiento de un joven diplomático chileno presente en el chalet, que tres meses después de la grabación, se ahogó en extrañas circunstancias pidiendo agua, después de escuchar en la psicofonía a alguien diciendo su nombre: “Ya te tengo Juan” que dice una voz susurrante femenina (…)”te mataré” lo dice una voz masculina de forma amenazante (…) ¡Agua, agua, me ahogo!”.
Según contaba Germán de Argumosa aquel mítico día en Radio Fortaleza, la psicofonía había sido obtenida quince días antes, en octubre de 1985, en una casa grande, ni muy nueva pero tampoco muy antigua, una casa de dos plantas con techos altos y amplio jardín. Los dueños amigos de Germán, siempre le decían que querían hacer una experiencia psicofónica en su casa, en concreto en la biblioteca, habitación que se encontraba según se entraba a la izquierda.
Después de mucho insistir, Germán acabó accediendo gracias al testimonio de tres personas allí presentes que comentaban a los dueños que no se sentían bien cuando estaban en la biblioteca.
Así fue como a las tres de la mañana y en presencia de todos los allí presentes, se desprecintó una cinta y una de las señoras allí presente hizo la introducción. Se decidió esperar diez minutos y todos subieron al cuarto de estar, habitación bastante alejada de la biblioteca, para esperar allí. Transcurridos los diez minutos bajaron a por la cinta y se encontraron con una grabación terrorífica. Entre esos ruidos, lamentos y quejidos, había voces y expresiones terribles.
En uno de los cortes, se puede escuchar el nombre de mujer “Elisa” mientras se escucha el grito de lamento de una niña de fondo. En el cuarto fragmento se escucha la voz de un anciano que insulta y dice: “¡puta, puta, puta!”, entre el sonido como de fragua con un yunque golpeando o sonido de campanas. Se pueden apreciar también el sonido de latigazos y el de un potro de tortura de estos antiguos de madera que va girando.
En el fragmento final se escuchan unos pasos que se acercan al casete, seguramente pertenecientes a la persona que del grupo de Argumosa que baja a apagar la grabación, pues bien, según estos pasos se van acercando al casete, el sonido de lamentos y quejidos desaparecen completamente.
Las personas que allí estaban y oyeron la grabación nada más hacerla, palidecieron y sufrieron una gran impresión según contó Germán de Argumosa a través de las ondas.
Después de ese mítico programa de radio en noviembre de 1985, nunca más se volvieron a poner los diez minutos íntegros de la psicofonía, porque según Argumosa había partes proféticas que luego se cumplieron como fue la muerte tres meses más tarde, en enero de 1986, del diplomático chileno llamado Juan e integrante de aquel grupo de 9 personas, de unos cuarenta años de edad, de un paro cardíaco entre estertores pidiendo agua, según la versión oficial.
El Embajador chileno en España, ante las preguntas de los reporteros de cuarto milenio apunta que en los archivos no consta ninguna información acerca de un tal Juan perteneciente a la embajada en esa época. También se preguntó a dos funcionarios chilenos en activo en aquellos años ochenta y no recuerdan nada tampoco acerca de esta persona. Algunas hipótesis apuntan a que el dato de Juan funcionario de la embajada chilena, pudo ser un dato que dio Argumosa para despistar y mantener oculta la verdadera identidad de este hombre fallecido, posiblemente buen amigo suyo.
El profesor Germán de Argumosa murió el 3 de noviembre de 2007 a los 87 años de edad, a causa de una enfermedad respiratoria. Con él se llevó las claves de esta psicofonía, la dirección de la casa, la identidad de esas nueve personas allí presentes, quien era la persona que murió tres meses después de oír la psicofonía, quién bajó a la biblioteca a apagar el casete y recoger la cinta y un largo etcétera que ya no podremos saber. De lo que no cabe duda es de que la psicofonía son 20 abrumadores minutos de sonidos sobrecogedores que aún hoy, 25 años después nos siguen estremeciendo.
He escuchado partes de la grabación y creo que, en la parte en la que la voz del anciano dice "puta, puta, puta" a mi me parece entender "culpa, culpa, culpa".
ResponderEliminarUn gran post