En sus estancias abandonadas todavía se pueden ver las camas donde los enfermos de tuberculosis reposaron en tiempos pasados para curar sus graves dolencias que los envolvían en un sufrimiento progresivo que iba acabando en muchas ocasiones con sus vidas, y es que mientras paseas por éstas habitaciones sientes como alguien que estuvo allí acostado puede estar observándote inmóvil, muy cerca de ti. Es en ese mismo instante cuando decides colocar tu grabadora y lanzar una de esas preguntas a las que todavía hoy no tenemos respuesta, después de unos momentos, reproduces la cinta en el más absoluto silencio y esperas escuchar algo como:
- ¿Yo que hago aquí?
- ¿Marchaos?
Pero el misterioso edificio no sólo actúa como imán para los amantes de lo paranormal, también se pueden observar rastros y huellas del paso de sectas satánicas que, en el interior de la abandonada capilla, encontraron el lugar idóneo para realizar sus rituales y misas negras con el único objetivo de contactar con el mal. Pintadas satánicas y pentagramas se pueden observar en las paredes y suelos del sagrado recinto, alimentando todavía más si cabe la leyenda del Santuario encantado de Agramonte.
CAMAS DONDE DORMÍAN LOS ENFERMOS |
Y es que desde su construcción, el edificio siempre ha estado envuelto por historias llenas de sufrimiento y dolor. Repasemos pues la historia del Viejo sanatorio.
En las faldas del monte Moncayo, cerca de la localidad zaragozana de Tarazona se encontraba un humilde refugio de montaña que durante la segunda república se convirtió en un gran hotel de lujo construido en 1930 para aprovechar la gran belleza natural de la zona. Seis años después, durante la guerra civil española, tuvo lugar un acontecimiento trágico, la leyenda, que corre en boca de las gentes de la zona, cuenta que el hotel fue asaltado y el personal que allí trabajaba fue brutalmente asesinado y violado durante una fatídica noche. Uno de los mejores complejos turísticos de aquella época quedó totalmente abandonado hasta que Franco, después de la guerra, convirtió aquel lugar en un sanatorio para enfermos de tuberculosis donde las hermanas de la caridad de Santa Ana se esforzaban en aliviar los síntomas de esta terrible enfermedad, pero en muchas ocasiones no pudieron evitar lo inevitable y muchos murieron, los que tuvieron suerte pudieron ser enterrados por sus familiares en sus respectivos lugares de origen, pero otros, personas humildes marcadas por la guerra y la enfermedad tuvieron que ser enterrados en un improvisado cementerio.
TUMBAS PROFANADAS
Recientemente los nichos de aquellas personas fueron profanados. Algunos apuntaron a que se trataba de sectas satánicas o ladrones que abrían los ataúdes buscando su preciado botín. Lo cierto fue que los huesos y cráneos de aquellas humildes personas fueron esparcidos por las inmediaciones sin poder obtener el merecido descanso eterno. Muchos piensan que todavía vagan por el edificio buscando alguien que los alivie de sus sufrimientos
Trágicos sucesos, muertes repentinas, fotografías extrañas, voces inexplicables, sonidos fantasmales, ruidos en mitad de la noche resonando por el edificio, presencias extrañas y un sin fin de vivencias que aunque siempre subjetivas, ayudan a mantener vivas las leyendas sobre fantasmas que envuelven a este tétrico e inquietante lugar...
HORNO CREMATORIO |
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