sábado, 3 de noviembre de 2012

DÍA DE LOS DIFUNTOS:"CULTO A LOS FALLECIDOS"


En  estos días en los que nos acordamos especialmente de nuestros seres queridos ya fallecidos, quiero dejaros , con un interesante artículo de nuestro compañero del misterio Fran Recio, que nos acerca un poco más al origen de esta tradición del Día de Difuntos, espero lo disfrutéis.....
Nuestros seres queridos siempre estarán vivos en nuestra memoria y en nuestros corazones....
El día de los muertos, la festividad de Los Fieles Difuntos es de origen prehispánico. Una festividad arraigada en México, con una ritualística que se viene practicando hace al menos ya 3000 años.
Anteriormente a la llegada de los españoles a las tierras mexicanas, ya hay constancia que determinadas etnias como por ejemplo la tan de moda a raíz del 2012, cultura maya ya practicaban toda una serie de rituales en honor a los fallecidos y a la muerte.
…”nuestros ancestros veían en la innombrable tan solo la transición del espíritu hacia una nueva morada, para ellos la muerte era tan solo una parte de la vida, algo totalmente natural”.
Guardaban los cráneos de quienes vencieron en la batalla como trofeos para luego usarlos en sus rituales como simbolismo de muerte y renacimiento. Como en tantas y tantas culturas de la antigüedad y a diferencia de nuestra concepción de la muerte como final absoluto, nuestros ancestros veían en la innombrable tan solo la transición del espíritu hacia una nueva morada, para ellos la muerte era tan solo una parte de la vida, algo totalmente natural.
El día de los muertos en el calendario solar mexica coincidía con el noveno mes, cerca del inicio de agosto y a diferencia del día que celebramos hoy, aquellas culturas celebraban esta festividad durante un mes completo.
Los rituales eran presididos por los dioses que guardaban la morada de los muertos (Diosa Mictecacíhuatl)
“En estos rituales las ofrendas eran acordes con los fallecidos, licor o tabaco o juguetes para los niños que habían cruzado el río de la muerte”
Al llegar los españoles, vieron en estos rituales el sacrilegio, el barbarismo y lo pagano y como en tantas otras ocasiones de la historia, intentaron erradicarlos, pero el catolicismo volvió a perder la batalla, las creencias y el honrar a los difuntos calaba demasiado adentro en los corazones de los indígenas y se optó como en tantas ocasiones, por el sincretismo, por hacer coincidir la festividad de la muerte con la celebración católica del Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

Hoy en día aquel ritual que se negó a morir convive sincretizado con la festividad católica, así en la actualidad hay quienes han optado por lo que dice la iglesia y quienes siguen recordando a sus ancestros usando el simbolismo de los cráneos y otros elementos como se hacía antaño.

Lo que si logró la iglesia, fue desplazar la festividad original al 1 y 2 de noviembre.
En la cultura ancestral hay numerosas leyendas de cómo los fallecidos cruzaban el río de la muerte, cosa que en algunas culturas no era del todo fácil, e incluso se enterraban a los fallecidos con objetos y un perro que servirían de ayuda y pago para poder entrar en el reino de los muertos.

“Los niños, según aquellos indígenas iban a un lugar especial, esperando una encarnación en el ciclo continuo de la vida”.
Hoy en día celebramos esta festividad recordando a nuestros difuntos, los cementerios se colapsan de gente portando flores y según creencias más esotéricas es una noche ideal para la magia en donde el reino de los muertos está muy próximo al de los vivos.
“Todavía hay quien relaciona la muerte y a los muertos con lo negativo y aprovechan estas fechas para como hacen determinadas tradiciones esotéricas o religiones, pactar con los muertos, intentar “cazarlos” para obligarlos a vivir en la morada del caldero…”
Personalmente creo que la posible realidad de los fallecidos está siempre próxima a la nuestra, además al variarse el día original de esta festividad, de realmente conocer nuestros ancestros los días especiales para honrar y atender a los difuntos, los días 1 y 2 ya no serían correctos.
Es necesario dejar partir a nuestros seres queridos, no es bueno intentar retenerlos, dicen que poner velas y fotografías en los hogares donde fallecieron nuestros seres queridos no es bueno, porque de alguna manera es como si los ligáramos a nuestra realidad y ellos están ya en otro plano, en el supuesto de que exista. La evolución ha de continuar y no debemos de ponerle trabas. Un lugar idóneo para las ofrendas sería el cementerio, pues hablamos de un lugar neutro en donde solo quedan los vestigios, los restos de quienes en su día vivieron.
Algo que me hace pensar es como desde tiempos remotos, el hombre ya creía en la vida más allá de la muerte o simplemente tal vez sea la necesidad de creer que nuestra esencia perdura tras el fallecimiento, aun cuando nuestro cuerpo físico no lo haga. De hecho la base de la investigación paranormal es el intentar buscar evidencias de esa posibilidad, de que realmente exista “algo” más allá de nuestra existencia material, pero también hay que contemplar la posibilidad de que sí existan otros planos de realidad con inteligencias vivas, pero que no necesariamente sean las almas de los fallecidos.
Hay quienes gustan de hacer rituales en esta noche de difuntos, en cambio otras personas apegan por no hacer magia alguna, pues se mueven en estas horas nocturnas gran cantidad de energías no demasiado positivas. Todavía hay quien relaciona la muerte y a los muertos con lo negativo y aprovechan estas fechas para como hacen determinadas tradiciones esotéricas o religiones, pactar con los muertos, intentar “cazarlos” para obligarlos a vivir en la morada del caldero (*Objeto ritual compuesto por un cráneo, huesos de animales y otros objetos ritualísticos).
 “Nadie muere del todo, mientras alguien lo recuerde”
Particularmente no creo en una festividad ni en un día concreto para honrar a nuestros difuntos, creo más bien que hay que honrar a las personas y familiares en vida y llenarlos de amor, pues es el verdadero sentimiento que estoy seguro perdura a la muerte, como bien se dice “Nadie muere del todo, mientras alguien lo recuerde”
Fran Recio (2-11-2012)



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