aquella fría mañana
la luz de su mirada.
La oscuridad le cubrió
y como un frío
y suave velo
su rostro acarició.
Alma errante,
así era ahora su nueva condición .
Sin rumbo constante,
vagando por los siglos venideros
sin dolor ni rencor.
que entre lápidas caminas,
cuéntame en un susurro
aquello que miras .
Déjame compartir
el sentir de tu vacío,
para que tu dolor
sea a la vez tuyo y mío.
En este mausoleo,
donde el silencio vive,
encuentra la paz eterna
y siéntete libre.
MIS LAGRIMAS CAEN POCO APOCO
ResponderEliminarSOBRE MI ROSTRO EMPAPADO D ANGUSTIA Y MELANCOLIA DESGARRANDO MIS POCAS ESPERANZAR DE Q PUEDA VER EL AMANECER.
Preciosas palabras gracias por tu aportación, un abrazo ;)
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