GüERCO, AUGURIO DE MUERTE

Las personas que viven en los boscosos valles del principado de Asturias están plenamente convencidos de la existencia del más allá. Se dice que aquellos que parten realizan una última visita a sus conocidos y seres queridos, a modo de despedida. Aquellos que ya han recibido esta visita, la describen como una experiencia sobre cogedora.
Freud ya lo decía, puede ser una visión propia de la locura, nunca lo sabremos. Esta visión llegaba a traumatizar a quien la tenia. Imagínense que van por una calle llena de personas, y distinguen algo que les llama la atención, y es porque tienen frente a sus ojos su propio doble, quizás sonriente, alguien que es la copia exacta, es un encuentro casi imposible. Ya los alemanes del Medievo hablaban de aquella aparición a la que conocían como el doble errante o el doble perdido.

Jung ya hablaba de la sombra, de nuestro otro Yo, yéndose a su libre albedrio. En tierras ibéricas se sigue considerando esa creencia, sobretodo en tierras asturianas, cuando aparece el doble de alguien que pronto va a morir, que es casi parecido como aquella aparición fantasmal a la que llaman “el Güerco”. Aquellos que han sido testigos de la visita del Güerco aseguran lo angustioso de saber que aquella imagen es tan real como palpable de alguien que está a punto de morir en el mismo momento de su aparición fantasmal. Esta aparición es interpretada como un augurio de muerte.

En los testimonios alrededor del Güerco, siempre coincide con que este personaje no habla ni saluda. Aquellos que lo han tenido frente saben que se encuentran ante un sepulcral silencio que les infunde el más profundo terror. La presencia del Güerco no es algo exclusivo de tierras asturianas, existen casos similares en la Europa de influencia cultural celta, así como en la Bretaña Francesa, Irlanda, Escocia, e incluso en Europa del Este, donde recibe diferentes nombres. Él Güerco aparece en las leyendas germánicas y escandinavas, en ocasiones no se presenta directamente sino a través de algunas señales.