miércoles, 6 de julio de 2011

PASEANDO POR EL VALLE DE LA TRANQUILIDAD "2ª PARTE" CEMENTERIO DE LA CARRIONA AVILÉS

La pasada tarde del 4 de julio , mis pasos se dirigieron esta vez a uno de los camposantos o cementerios más populares de nuestra región asturiana: El Cementerio de la Carriona , en Avilés.
En abril del presente año la asociación GREEN. realizó un reportaje sobre el cementerio de La Carriona y destacó la necesidad de que sea declarado BIC. -Bien de Interés Cultural-, como una de las medidas para evitar su paulatino deterioro.
Se trata de  un cementerio municipal de origen decimonónico, que para muchos cronistas es uno de los más hermosos del Estado. La profesora titular de historia del Arte Carmen Bermejo, calificó al cementerio de La Carriona como excepcional, por sus obras, por los materiales y la alta calidad de los artistas y técnicos que allí trabajaron.

Asi que armado de mi cámara de fotos y una sencilla grabadora, caminaba de nuevo por aquel otro "valle de la tranquilidad" , esta vez en mi camino no iba solo, sino acompañado por mi querido hermano Carlos, el cual también sentía curiosidad por visitar aquel apacible lugar.
Mis intereses al igual que los suyos eran el conocimiento y la curiosidad, pero también había algo más que me movía a acudir a aquel santo lugar.

En el cementerio de la Carriona se habían detectado por numerosos investigadores de lo oculto, extraños sucesos. Algunos de ellos como el grupo GAIPO, habían tomado extrañas fotografías cerca de un mausoleo presidido por un enorme ángel , en el que aparecía el rostro de una niña.
También en este cementerio había sido enterrado un niño asesinado por el último sacamantecas español, más conocido como el Destripador de Avilés, según cuentan numerosos testigos aún se puede ver la figura de un niño paseando cerca de la tumba donde fue enterrado.
Bajo un sol abrasador mi hermano y yo llegamos a la puerta del camposanto, el paso continuo de los coches pues el cementerio está situado a pie de carretera, rompía en ciertos momentos la paz de aquel lugar.
Nada más entrar, una hilera de enormes y majestuosos panteones de gran altura,situados a ambos lados del camino, nos invitaban a entrar.
No pudimos evitar el contemplarlos ensimismados , aunque la presencia de varias personas  en el lugar, hizo que aplazáramos su observación para el camino de vuelta; comenzamos entonces a caminar entre diferentes panteones de blancas lápidas que parecían brillar con el sol, envolviendo el lugar en un halo casi mágico.
Nos detuvimos entonces frente a uno de aquellos panteones, presidido por un enorme ángel custodio , cuya mano y rostro señalaban al cielo azul, quizás dando un aviso de advertencia al caminante.
La escultura impresionaba en el detalle de su tallado y daba la sensación que en cualquier instante, comenzara a moverse y te hablara.

¿ Cuál será el mensaje que nos quiere dar?
Era aquí donde había surgido la imagen de aquella niña que comentaba anteriormente, y era aquí en ese preciso lugar donde comenzamos a poner en marcha nuestra grabadora.

El paseo por aquel lugar continuó presidido por enormes esculturas que parecían vigilar nuestros pasos, algunas de ellas deterioradas por el tiempo , carecían ya de rostro. Pero era esa ausencia de rostro, la que hacia que el alma se agitara al contemplarla.
Fascinados por aquellas esculturas, nos encontramos de repente, con un grupo de enterramientos en tierra, cuyas tumbas presentaban un enorme deterioro.
Pero al acercarnos un poco más a mirar algunas de aquellas inscripciones, una gran desolación y tristeza infinita nos invadió, pues aquellas tumbas eran todas de niños de corta edad, algunos bebés....

Muchas de ellas eran de enterramientos que databan del año 1800 y pico , pero también las había relativamente recientes como del año 1996... entre ellas algunas sin tan siquiera una lápida que las cubriera o una sencilla cruz ,estaría la de aquel niño de Avilés asesinado de forma trágica por aquel hombre de corazón oscuro conocido como el destripador de Avilés...
Tras hacer algunas fotos de aquel triste lugar para dejar testimonio, rezamos en silencio una oración por el alma de aquellos niños, que apenas habían tenido tiempo de experimentar la aventura de la vida.
Pero una pregunta continuaba asaltando nuestra mente: Tratándose de tumbas de niños tan pequeños, ¿ Por qué aquel descuido tan grande, por qué no tenían muchos de ellos una simple cruz en su tumba....?
El caso es que eran tumbas visitadas pues en muchas de ellas, había flores recientes....era algo contradictorio aquellas tumbas sin a penas cuidados en comparación con la majestuosidad de los panteones que presidían a escasos metros aquel camposanto.

Sepulturas de niños , sin lápida...
El viaje tocaba a su fin y nos acercamos a visitar el mausoleo dedicado al célebre escritor Armando Palacio Valdés. Custodiado por la figura de Demetria, personaje de su obra La Aldea perdida. Desde hace más de sesenta años las flores adornan la tumba del escritor.

Y allí frente a la preciosa escultura de Demetria leimos en silencio la bonita inscripción grabada en su lápida, que dice así:
" Viajero, si algún día escalas las montañas de Asturias,
y tropiezas con la tumba del poeta
deja sobre ella una rama de madreselva.
El Dios te bendiga
y guie tus pasos..."
Tras la visita a este mausoleo nos dirigimos a otro que nos llamó poderosamente la atención, sobre todo a mí porque tenía un  símbolo muy parecido al de un mausoleo que había visto en el cementerio de Ceares en Gijón: Una calavera, con una enorme serpiente y un buho sobre su cabeza.
¿ Cúal sería el siginificado de aquel extraño símbolo?
Nos dirigíamos ya hacia la salida cuando nos detuvimos casi en seco al contemplar la bella escultura de un ángel que con sus dedos sobre los labios , nos invitaba a guardar silencio de lo allí visto....
Por último realizamos con mas detenimiento alguna fotografías más a aquellos enormes mausoleos que nos habían recibido al comienzo de nuestro viaje.


¿ Cúal será el significado de dicho símbolo?
Uno de ellos me fascinó notablemente por la escultura que mostraba en su parte más alta : una mujer la cual parecía religiosa por el manto que le cubría la cabeza, que tenía los ojos cubiertos por una venda y levantaba hacia el cielo azul una cruz...

Abandonamos pues aquel santo lugar, pero en nuestro interior viajaba la pena por aquellos niños de la Carriona, cuyas sepulturas desatendidas parecían agitar su eterno descanso.






DESCANSEN EN PAZ.

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